Para tratar la presente versión del sainete El desafío de Juan Rana es necesario un ejercicio de desdoblamiento. La pieza teatral fue escrita originalmente por Pedro Calderón de la Barca durante el Siglo de Oro, siglo XVII en España, pero reescrita por Emilio Carballido en el México del siglo XX; y también porque el protagonista de la pieza, Juan Rana, era en realidad el nombre artístico de un actor comediante cuyo nombre de pila era Cosme Pérez, y a quien varios autores de la época le dedicaban pequeñas piezas cómicas para ser representadas en los corrales de comedia entre un acto y otro de la puesta en escena principal. Aquellos autores utilizaban las gracias físicas y actorales del intérprete: era gordo, feo (lo de rana no es fortuito) y le resultaba sencillo hacer reír con sus interpretaciones (“constantes alusiones a la homosexualidad”, según un artículo de la Wikipedia) y es interesante pensar en que Calderón de la Barca tenía en mente a una persona real en la cual vertir una historia hilarante; es posible imaginar a Calderón de la Barca conversando con Cosme Pérez y solicitándole tal vez los derechos de autor de su personaje para incluirlo en su obra.
De una manera similar es posible imaginar a Emilio Carballido imaginando a Calderón de la Barca imaginando a Cosme Pérez interpretando a Juan Rana y trasladando todo ese cuadro dentro de otro cuadro dentro de otro cuadro para ponerlo a cuadro frente a un público joven y al que seguramente le divertirá contemplar o incluso interpretar en una escuela de educación media superior y de no fáciles espantos por temas como alcoholismo, infidelidad, cuernos (sintomáticos de la infidelidad), venganza y muerte: temas escabrosos todos pero pasados por el filtro de la risa y la sátira y que forman parte del libro Teatro para Adolescentes en el que Carballido actualiza los clásicos de la literatura hispana que por algo clásicos son y es menester comunicar a los lectores en ciernes.
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